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Seoraksan National Park

El Parque Nacional de Seoraksan encierra una de las formaciones montañosas más impresionantes de Corea del Sur. También conocido con los nombres de Montaña Seolsan o Montaña Seolbongsan, estas cadenas montañosas fueron denominadas Seoraksan porque las tempranas nevadas que caen sobre ellas no se derriten por largos períodos y sus rocas son blancas como la nieve. 
 

Esta zona está llena de valles, rocas de granito, cascadas y ríos que dan al lugar un encanto especial. La vegetación y fauna del lugar también lo hacen único y hay que recordar que 1982, la UNESCO la catalogó de Distrito de Preservación de la Biosfera.

 

Además en el parque podemos encontrar numerosos templos budistas e incluso algunos ofrecen la posibilidad de hacer una estancia de varios días en ellos, para vivir de cerca la experiencia de ser un monje budista.

El Monte Seorak, ubicado en Parque Nacional de Seoraksan, se considera la montaña más querida de Corea. Impresionante en cualquier época, los densos bosques muestran las hojas de arce multicolor en el otoño, los picos nevados en primavera y muros de granito gigantescos elevándose por encima de los claros y fluidos arroyos del valle Osaek Yaksu durante el verano.Hay varias rutas de senderismo y en función de la ruta elegida, podrá ver varios lugares bien conocidos, entre ellos, la Hay varias rutas de senderismo y en función de la ruta elegida, podrá ver varios lugares bien conocidos, entre ellos, la estatua de bronce de Buda de 10 metros de alto en el templo de Shinheungsa.

Muy cerca de la estación de funicular se sitúa el Templo Sinheungsa, construido en el año 652 pero devorado por un incendio en el año 699, restaurándose y alcanzando durante mil años una reputación importante en las enseñanzas budistas. Se salvó de ser nuevamente destruido durante la invasión japonesa de 1592 y la invasión china de 1636, pero en 1642 otro incendió lo consumió, y tres monjes, durante las peticiones solicitando su reconstrucción, dijeron que habían soñado con un viejo monje budista que les dijo que tenían que cambiar la localización del templo para evitar grandes infortunios, construyéndose finalmente en el lugar donde se encuentra actualmente 

Las bajas temperaturas de la estación ocasionan que el follaje otoñal tiña toda la península de colores cálidos como el rojo, dorado y marrón.
El cambio de color empieza desde finales de septiembre en la montaña Seoraksan, y a mediados de octubre llega en su auge. Este es el momento ideal para apreciar los paisajes del otoño, y en estas fechas muchos coreanos hacen viajes a las montañas.

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