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FASE 1

El cambio climático y actividad humana desembocan en un desequilibrio de los ecosistemas y la consecuente pérdida de biodiversidad que provoca, a su vez, los desastres naturales.

 

La deforestación y la degradación forestal se traducen en pérdida de hábitat para todas las especies, disminución de la calidad del agua dulce, aumento de la erosión del suelo, degradación de la tierra e incremento de las emisiones de carbono a la atmósfera.

 

El abuso de los recursos naturales, el exceso de la contaminación, las consecuencias de una economía lineal han ido generando una paulatina pérdida de ecosistemas, y no adoptar medidas sobre los bosques afecta tanto a la salud del planeta como a la de nuestras comunidades.

Causas y consecuencias de la pérdida de biodiversidad

A. DEFORESTACIÓN.


Un bosque sano es regulador del clima local, es hogar de una gran riqueza biológica, y abastece de agua a gran parte de los seres vivos que dependen del bosque para su subsistencia.
 

Las plantas forestales, creadas en beneficio de diversas actividades humanas, o la tala de árboles, provocan la deforestación.
 

Entre las diversas causas se encuentran la obtención de suelos para la agricultura, ganadería o el aumento de las áreas urbanas, la construcción industrial y comercial, así como la demanda de productos de madera para la construcción, la fabricación de papel o de muebles.
 

Así mismo, los principales problemas que causan la deforestación son la contaminación del aire y del agua, el cambio climático, y por último y muy importante, la pérdida de biodiversidad.

B. SUELO ÁRIDO

 

La deforestación trae consigo una mala calidad de los suelos tras la tala de árboles. La ausencia de raíces y hojas provoca la erosión del suelo, ya que las lluvias arrastran a su paso no solo la tierra, convertida en barro, sino todos los nutrientes y las semillas que pudieran agarrarse a él. Por lo que los suelos deforestados se vuelven áridos o desérticos y se vuelven muy pobres en nutrientes.

 

La degradación del suelo debido a la deforestación, a la sobreexplotación agrícola y a una mala gestión de los residuos y vertidos, reduce la productividad en el conjunto de las áreas terrestres (lo que incrementa el uso de abonos y pesticidas), y la tendencia a temperaturas cada vez más elevadas debido al cambio climático lleva a un aumento de la extensión de los climas semiáridos.

C. PÉRDIDA DE LA DIVERSIDAD

 

El uso de fertilizantes, pesticidas, plástico y el vertido de desechos agrícolas y ambientales, así como la quema de combustibles fósiles contribuyen a la pérdida de la diversidad. Las actividades agrícolas, ganaderas, industriales y urbanas contribuyen a la contaminación de aire, agua y suelos y afectan directamente a los ecosistemas.

 

Por la pérdida de biodiversidad, los animales no tienen más remedio que adaptarse a los cambios de su entorno. Este proceso altera gravemente el organismo de los animales así como la cadena alimenticia de muchas especies.

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